Con motivo del Día Mundial del Ictus, DomusVi Villa Sacramento se suma a esta celebración haciendo hincapié en la importancia que tiene saber reconocer los síntomas de un ictus para poder actuar rápidamente.
El ictus es un accidente cerebrovascular que puede producirse tanto por una disminución importante del flujo sanguíneo que recibe una parte de nuestro cerebro como por la hemorragia originada por la rotura de un vaso cerebral, según explica la Sociedad Española de Neurología ( SEN).
Los síntomas de un ictus aparecen bruscamente y pueden ser muy variados dependiendo de la zona del cerebro dañada por la alteración del flujo de la sangre. Es por ello, que debemos de estar muy atentos por si se producen alguno de estos síntomas:
– Trastorno brusco de la sensibilidad en la cara, el brazo, o la pierna, especialmente en un lado del cuerpo.
– Debilidad repentina en la cara, el brazo, o la pierna, especialmente en un lado del cuerpo.
– Dificultades para hablar o para comprender lo que se habla.
– Trastorno repentino de la visión, en uno o en los dos ojos
– Dificultad para caminar, pérdida de equilibrio o de coordinación de los movimientos.
– Dolor de cabeza muy intenso, brusco y no habitual.
Ante los primeros síntomas de ictus debe llamarse inmediatamente al 112 y no trasladar al paciente por medios propios al hospital o al centro de salud.
Cuando se produce el ictus, el daño cerebral puede ser irreparable y dejar secuelas importantes que van a repercutir en la calidad de vida de las personas que lo sufren.
Tras un ictus debe iniciarse la rehabilitación tan pronto como el estado físico lo permita. La rehabilitación tiene resultados muy buenos, sobre todo en los pacientes jóvenes. La gimnasia terapéutica y el entrenamiento muscular son vitales en casos de afectación motora o de equilibrio; mientras que los pacientes con trastornos del habla pueden aprender a hablar de nuevo con la asistencia de un logopeda.
En DomusVi Villa Sacramento ponemos a disposición de los pacientes que han sufrido ictus terapias especialmente pensadas para ellos que incluyen la intervención de fisioterapeutas, logopedas, médicos, psicólogos, terapeutas ocupacionales o trabajadores sociales con el fin de reducir al máximo las secuelas y buscar una buena recuperación, a la vez que a adaptarse a su vida diaria en función del estado de cada paciente. Por este motivo, se pone en marcha un elaborado protocolo que se inicia con una evaluación inicial, tanto médica como social y familiar para poner a su disposición todas las herramientas necesarias para agilizar la recuperación.
