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Después del primer caso de COVID-19, los informes de nuevas infecciones llegaron lentamente. Unas semanas después, ese goteo se convirtió en una constante. Esta curva exponencial es lo que ha preocupado a los expertos.

La propagación puede reducirse si todo el mundo practica el distanciamiento social, según los profesionales, pero aun así, sin ninguna medida para frenarlo, el coronavirus se seguirá extendiendo durante meses. Para entender por qué vamos a simular la propagación de una enfermedad falsa, llamada simulitis.

En una ciudad de 200 personas, el número de personas enfermas aumentaría rápidamente y luego iría disminuyendo a medida que se recuperan.

Nuestra ciudad de simulación es pequeña, en un país de 330 millones de habitantes, la curva sería diferente, podría aumentar mucho antes de que empezara a disminuir. Para frenarlo creamos una cuarentena forzada. Aunque muchas de las personas de nuestra ciudad tendrán que ir a trabajar para mantener al resto aprovisionada y mantener los servicios mínimos para la subsistencia de la población.

Veamos que ocurre cuando, una cuarta parte de la población continúa moviéndose, mientras que el resto está en cuarentena.

La curva se ha aplanado bastante, vemos que sucede si solo dejamos que se muevan una de cada ocho personas.

Está claro que cuantas más personas se quedan en casa, más se aplana la curva.

Estas simulaciones están basadas en un contagio y una recuperación al mismo ritmo, claramente el covid-19 no es la simulitis, por lo que no actúa de una forma tan predecible, dado que desgraciadamente no todo el mundo se recupera del coronavirus. Pero está simulación nos ayuda a ver la importancia de respetar la cuarentena por muchas ganas que tengamos de salir a la calle, dado que algunos, inevitablemente, tendrán que salir para seguir cuidando de nosotros.

En conclusión, yo me quedo en casa y os animo a todos a que hagáis lo mismo (si podéis).

Fuente: https://www.washingtonpost.com/graphics/2020/world/corona-simulator/