Antes de que el Coronavirus llegara a nuestras vidas, ya trabajábamos con personas mayores y/o dependientes que viven solas y que necesitan ayuda, a veces sólo de forma puntual, para poder seguir haciendo su vida con normalidad y autonomía. El Servicio de Teleasistencia de DomusVi siempre ha sido una fuente de apoyo, psicológico y social, que trabaja facilitando a las personas uno de esos apoyos que necesitan para la vida autónoma y plena.
Hoy, en esta situación que no imaginábamos que viviríamos, las personas más perjudicadas son las más vulnerables, ya que en muchas ocasiones se han visto desprovistas de esa pata que les servía como punto de apoyo: Servicios de Ayuda a Domicilio que no pueden realizar su actividad con normalidad y se han visto obligados a reducir servicios, Centros de día y Centros de Mayores cerrados, donde muchas personas, además de realizar las actividades correspondientes, también acudían a comer diariamente, Servicios de compra a domicilio de los supermercados anulados, que a muchas personas tan bien les venía bien por no poder transportar la compra desde el supermercado a casa, incluso la compra online para aquellos con movilidad reducida… Y esto es sólo en cuanto a las necesidades básicas de alimentación e higiene, qué decir de los vecinos que se veían camino a la farmacia, en las reuniones en el centro de mayores, los talleres, las clases de gimnasia… Y de los familiares que no pueden visitar a sus seres queridos.
Una usuaria de Teleasistencia nos contaba hace unos días una situación que para ella fue emocionalmente intensa y que, según ella, recordará siempre. El nieto fue al supermercado e hizo una compra para su abuela, fue a su casa, entró en el portal, subió las escaleras y dejó la compra en el felpudo, (con una botellita de alcohol en gel para que desinfectara las bolsas antes de cogerlas), tocó al timbre y bajó corriendo escaleras abajo. La abuela abre la puerta esperando ver a su nieto, y le encuentra casi un piso más abajo, mandándole besos con la mano y diciéndole que esto lo hacía por ella, que ya habrá tiempo para besos y abrazos si ahora se cuida bien. La abuela, claro, se echa a llorar, pero sabiendo que llora por una mezcla de alegría y tristeza, porque no puede abrazar a su nieto pero sabe que su nieto la está cuidando. Situaciones como esta están viviendo cada día las personas que ahora mismo llamamos “población de riesgo”.
Durante estos quince días de cuarentena que llevamos a nuestras espaldas hemos realizado ya más de 20.000 llamadas de seguimiento a todas las personas usuarias a las que prestamos Servicio a nivel estatal desde Telasistencia DomusVi. Estamos trabajando duro para que aquellas personas más vulnerables tengan acceso a los recursos necesarios para vivir esta experiencia de la forma más positiva y segura posible. Diariamente se realizan llamadas con el objetivo de contactar con todos los usuarios/as de Teleasistencia y asegurarnos de que tienen acceso a comida, a hábitos de higiene normalizados (incluso potenciados), que tienen información veraz y contrastada sobre lo que ocurre, damos pautas para no caer en el alarmismo y manejar las emociones negativas que pueden surgir de esta situación, proporcionamos apoyo social y les recordamos que si en algún momento necesitan algo, siempre pueden contactar con nosotros a través del botón rojo.
Nos gustaría acabar este post con una reflexión para todos/as. ¿Os imagináis como hubiese sido esta cuarentena sin internet? ¿Cómo sería estar encerrado sin poder, al menos, ver por videollamada a nuestros seres queridos, sin poder ver una serie o una película cuando queramos, sin videos para hacer ejercicio en casa…? Las personas mayores también son capaces de manejar tecnología si les enseñamos a hacerlo. Ayúdales a pasar estos momentos tan difíciles de la mejor manera.
A todos y todas nuestros/as usuarios/as del Servicio de Teleasistencia, como muchos de vosotros/as nos decís en las llamadas, el aplauso que cada día se da a las 20:00h, también va por vosotros/as.