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29 Dic 2020 | Noticias , Opiniones

Poema Fin de Año

Estoy despierta con los últimos minutos latiendo en mí,
de este año robado, marchito que permanece “en casa”.
Escribo en el rostro de la noche mi alegría y tristeza.
El mundo no es nuestro, somos parásitos fumigados,
este año ha sido casto y puro para expiar pecados.

El amor y el deseo se han fugado de mi cama solitaria
Es una quimera soñar que despierto del infierno.
Hoy me falta la amistad y cariño que surge de ser dos,
soy una tripulante a la deriva sin conciencia posible.
Con el miedo disfrazado para escapar de la locura.

Tomo la vacilante copa y brindo por la salud y la vida.
Pienso en los míos y en todos los que han partido
y que perdimos en la guerra contra el Covid.
Escurre el sentimiento y hay nudos en mi garganta
medito en mi origen y en la lucha por sobrevivir.

Tengo presente los encuentros y los desencuentros.
¡Estoy viva! estoy viva, nace un solsticio incierto.
Muere un año y es secuestrado otro antes de nacer.
Lleno de variaciones y contrastes, de cambios violentos,
en los sueños, en los proyectos, en las prioridades.

Hoy desnudo mi corazón para ver mi verdad.
Amo a mi familia y quiero tenerlos seguros
en un Arca de Noé, a salvo del diluvio
con cubrebocas y “sana distancia”.
Mi aliento se rebela de estar en penumbras.

Doy gracias a Dios en este negro invierno
por el aprendizaje, por el valor, por el delirio,
por los soles de fuego y las lunas heladas.
El reloj da las 12 campanadas y hay suspiros
en las miradas, donde asoman los chubascos.

Está cerrada la noche, el amanecer será brillante.
Para la epidemia somos iguales, no le importa
color, credo, nación, manta o seda que te cubra.
Todos pedimos perdón, todos huimos en vano.
Inicia la metamorfosis de salud en la crisálida.

He cumplido mi voto de vivir sin azotes de miedo.
Hay un corazón que piensa en mi dormida pasión,
que corta distancias para sembrar flores en mí.
Desde las sombras una mariposa abraza la vida
esperando pase la tormenta y termine la pandemia.

Olivia Sesma Rascón

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