Estamos en Carnaval, época de fiesta y celebración que este año inevitablemente se ve empañada por la pandemia que nos asola, pero desde nuestro Blog de Teleasistencia proponemos quitar el amargo sabor con dos deliciosas recetas: Las rosquillas de Cebreros (Ávila) y bica de Laza (Ourense).
Los Carnavales de Cebreros son muy conocidos por la zona, están declarados de Interés Turístico Regional. Lo más curioso es que en los años 50 se intentaron suprimir los Carnavales en toda España, pero en Cebreros fue imposible, los vecinos se reunieron para protestar frente a la casa del Alcalde. Los vecinos para evitar tener problemas decidieron vestirse de luto, con ropa negra y brazaletes, y se reunían en las casas para bailar y beber vino. Los niños vigilaban y avisaban si aparecía la Guardia Civil. Incluso el Gobernador de Ávila de entonces, Vaca de Osma, tuvo que asumir que en Cebreros no se iba a suspender el Carnaval, por lo que decidió suprimir las multas y cambiar el nombre por el de Festivales de Invierno.
Hay tres dulces típicos que se elaboran en estas fechas: las Rosquillas, los Retorcíos y los huesillos. Pero hoy vamos a hablar de las rosquillas.
INGREDIENTES:
- 8 huevos.
- 2 kg de harina.
- ½ L de aceite de oliva.
- ½ kg de azúcar.
- Ralladura de limón.
- 4 naranjas.
- 1 chorrito de anís.
- 3 sobres de levadura.
PROCESO DE ELABORACIÓN:
- En un bol grande se ponen los huevos y se baten bien junto con el azúcar, se añade el zumo de naranja, la ralladura de limón, el anís y el aceite.
- Se mezcla bien y se va incorporando harina poco a poco y la levadura tamizada.
- Se amasa bien la mezcla hasta que quede blandita. Se untan los dedos en aceite para hacer bolitas de masa.
- Se calienta el aceite y, cuando este caliente, se juntan las bolitas y se hace un agujero en el centro.
- Se van echando a la sartén las rosquillas. El aceite no debe de estar muy caliente porque si no se arrebatan y no se fríen por dentro. Una vez hechas se dejan secando en papel de cocina y seguidamente se rebozan en azúcar
Lo más curioso es que en estas fechas tan próximas a Carnaval, el pueblo ya estaría oliendo a rosquillas y retorcíos, ¡ummmmm es increíble!
Después de esta delicia, nos trasladamos a Galicia para hablar con Doña Francisca Pazos, una de nuestras usuarias del Servicio de Teleasistencia de la Diputación de Ourense, originaria del pueblo que le da nombre al dulce, Laza, (Ourense) y también lugar de referencia del Carnaval de Galicia, por ser considerada esta celebración tradicional como la más antigua y esplendorosa de Galicia.
Dña. Francisca, a sus casi 92 años, mientras nos va explicando los trucos de la receta los va enhebrando con las recuerdos del pasado que le afloran con gran emoción. Nos cuenta como años atrás, cuando aún vivía su madre, que fue quién le enseñó a hacerla, se juntaban las mujeres del pueblo y elaboraban entre todas las bicas que el domingo de Entroido (carnaval) repartían con los Peliqueiros (disfraz típico de la zona de Laza) quienes acudían casa por casa para saludar a los vecinos y comer juntos a modo de celebración. Dice que ella, sigue manteniendo la tradición de tener la Bica siempre recién hecha para compartirla con todo aquél que la visite. Pero, antiguamente, además de la bica, les recibían con la comida preparada: la cachucha (cabeza del cerdo) y las androllas (chorizos gordos) que acompañaban con vino de la zona de Monterrei y de postre la Bica blanca con un chupito de licor café o de xastreu que también hacía ella.
Nos explica que el secreto para que la Bica salga sabrosa es que la materia prima sea de calidad. Ella solía hacerla con los huevos de sus gallinas y la nata de la leche de las vacas de una vecina y eso le daba otro sabor. Hasta hace poco las elaboraba ella siempre y las cocía en el horno de su cocina de leña. Pero, como cada vez le cuesta más hacer la mezcla de los ingredientes, la mayoría de las veces la encarga en la Panadería que tiene muy cerca de su casa, que según ella tiene mucha fama y hasta podría decir que son incluso mejores que las suyas. Mientras habla con nosotros, nos repite una y otra vez: ¡ojalá tuviera manera de poder mandaros una para agradeceros todo lo que hacéis por mí…!- Ahora somos nosotros quienes nos emocionamos con sus palabras…-
Empezamos con la receta: dependiendo del tamaño que se quiera, se necesita una u otra cantidad de ingredientes, ella nos da las orientaciones para una bica mediana, confesándonos que nunca se paraba a pesar nada, después de hacer tantas ya le salía echándole a ojo.
INGREDIENTES:
- 8 CLARAS DE HUEVO
- 350 gr. de Harina de trigo.
- 350 ml de nata líquida (esto es opcional, hay quien prefiere no echarle para que no sea tan grasa).
- 400 gr. de azúcar + un poco para espolvorear por encima.
Se necesita un molde metálico y manteca de cerdo para untarlo o papel de horno.
PROCESO DE ELABORACIÓN:
- Se necesita un bol grande para ir mezclando los ingredientes.
- Se van abriendo los huevos uno a uno, y aprovechando la cáscara del propio huevo se separa la clara de la yema y se van vaciando en el bol. Para este tipo de bica sólo se van a utilizar las claras, las yemas se pueden aprovechar para elaborar otro dulce u otra comida.
- En esta receta vamos a elaborar la bica con nata líquida, por lo que, antes de empezar a batir la claras, se debe montar la nata con ayuda de una batidora o batidor manual. Este proceso puede durar un minuto o dos y debería quedar perfectamente montada y con la textura adecuada.
- Se deja la nata y se retoma el bol con las claras que se deben batir igual que la nata, bien con batidor de varillas manual o con batidora eléctrica, siempre con movimientos rápidos, continuos y envolventes de manera que poco a poco vayan subiendo.
La Señora Francisca, nos cuenta que ella, siempre la batía a mano e incluso cuando ella era niña, que no disponían de batidores para todas las mujeres, utilizaban el uso de la rueca que tradicionalmente se usaba para hilar la lana o el lino.
- Una vez montadas las claras, se va añadiendo el azúcar poco a poco mientras se sigue batiendo para que se mezcle bien y adquiera una textura esponjosa.
- A continuación se le va echando la harina tamizada con la ayuda de un colador y removiendo a la vez para que se haga bien la mezcla.
- Luego se añade la nata montada y se sigue removiendo bien, con movimientos circulares y en la misma dirección, de manera que quede bien como una crema blanca, compacta y espesa pero sin ser demasiado. Según la señora Francisca debe ser fácil de remover, no puede quedar muy consistente.
- Por último se vacía la mezcla en el molde del horno, previamente untado con mantequilla o con el papel de horno colocado para que no se pegue. Antes del introducirla al horno se le espolvorea un poco de azúcar por encima para que luego quede la tapa con textura crujiente.
- La temperatura del horno ha de ser de 180º. Luego se coloca en la rejilla del medio con calor arriba y abajo y se mantiene durante aproximadamente 45 minutos dependiendo de la potencia. Para comprobar que está cocida se puede pinchar con una aguja de lana o con un palillo.
En este punto, la Señora Francisca nos comenta lo fácil que resulta ahora hacer la bica con los hornos modernos que se le puede poner la temperatura exacta, no como en el de la cocina económica, como la llama ella, que tenían que estar muy pendientes de meterle los troncos de leña exactos para cocerla bien pero sin quemarla.
- Una vez retirada del horno se deja enfriar tapada con un paño.
Por último y como colofón final: disfrutarla en buena compañía.
¡Esperamos que os animéis a hacer alguno de estos dos postres típicos de esta fiesta tan especial!