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2 Mar 2021 | Noticias , Opiniones , Talleres Terapeúticos

Tratamiento del dolor en geriatría desde la fisioterapia

Los principales tratamientos para el dolor y para su prevención en geriatría desde la especialidad de la fisioterapia, son los siguientes:

  • Masaje: Las técnicas suaves de masaje relajan la tensión y el espasmo muscular y estimula la circulación. El masaje continuo, practicado sobre un tronco nervioso sensitivo ejerce una acción anestesiante al aumentar el umbral de la sensibilidad dolorosa. El masaje transverso profundo en estados agudos provoca el desplazamiento de los tejidos favoreciendo la realineación y el alargamiento de esas fibras y, además, disminuye la formación de cicatrices.

 

  • Movilizaciones articulares: En esta técnica se aplican fuerzas hasta sobrepasar la amplitud fisiológica del movimiento de la articulación. Se utiliza para modificar las relaciones posicionales y la ruptura de adherencias y para provocar reacciones neurofisiológicas.

 

  • Ultrasonidos: El ultrasonido forma parte de los equipos de termoterapia, transfiere unas ondas mecánicas, a través de un gel que permite transmitir energía, eso genera una vasodilatación de la zona y un aumento del flujo sanguíneo, lo que conlleva una mayor oxigenación de los tejidos y genera un efecto antiálgico y antiinflamatorio.

 

  • Crioterapia: Es el uso del frío para el tratamiento de las heridas o las enfermedades. Se utilizan varios métodos tales como paquetes de hielo, masaje con hielo, paquetes de gel congelados, gases refrigerantes… Tanto los cambios en la temperatura superficial como profunda dependen del método de aplicación, temperatura inicial y tiempo de aplicación. Los efectos biológicos y fisiológicos son debidos a la reducción en la temperatura de los tejidos, así como a la acción neuromuscular y la relajación de los músculos producida por la aplicación de frío. El frío incrementa el umbral del dolor, la viscosidad y la deformación plástica de los tejidos, pero disminuye el rendimiento motor.

 

  • Termoterapia: La aplicación de calor tiene beneficios como favorecer la circulación, aumento de la permeabilidad capilar, activación de los procesos metabólicos, los productos metabólicos pueden ser eliminados con mayor rapidez; aumento del aporte de O2 y el calentamiento dará lugar a la relajación muscular.

 

  • TENS: Es un aparato que aplica corriente eléctrica a través de unos electrodos que ponemos en contacto con la piel del paciente. Es una técnica terapéutica que se utiliza por su acción antiálgica, es decir, para disminuir el dolor. Con el TENS se obtienen buenos resultados cuando el dolor es agudo y está bien localizado. Es muy efectivo en el tratamiento en el dolor postraumático, postoperatorio y postparto. Es menos efectivo en el dolor difuso especialmente si tienen una localización difusa y profunda. Está indicado en el dolor neuropático o neurogénico crónico.

 

  • Kinesiotape: Es una técnica de vendaje neuromuscular basada en la colocación de unas cintas de colores. Dicha colocación dependerá de si se quiere trabajar un tendón, un ligamento o un músculo. Entre los beneficios se puede decir que el vendaje elástico puede corregir la alineación de músculos débiles facilitando el movimiento. Por su firmeza al adherirse a la piel produce un alivio de la presión que puede ejercer una inflamación o lesión. A su vez produce una estimulación de los mecanoreceptores que mejora significativamente la propiocepción y produce una gran mejora a nivel articular y muscular.

 

  • Programas de ejercicios: El ejercicio es una terapia muy importante en el tratamiento del dolor crónico y subagudo porque fortalece los músculos débiles, moviliza las articulaciones rígidas, restaura la coordinación, restablece la función cardiovascular y mejora el confort del paciente.

En caso de que el paciente sea incapaz de hacer actividad por sí mismo se debe realizar una rutina de movilizaciones para mantener el rango articular y masaje para minimizar el disconfort y preservar la longitud muscular y la función articular. Las movilizaciones pasivas no deben ser realizadas si incrementan el dolor. Durante el dolor agudo el ejercicio debería ser limitado a la realización del rango de movimiento activo por parte del paciente.

El posicionamiento correcto es otro método simple para promover el confort y prevenir o aliviar el dolor. Debemos asegurarnos de que los pacientes encamados están colocados en un correcto alineamiento del cuerpo, de que son reposicionados frecuentemente, de que la condición de la piel es vigilada y de que se realicen ejercicios para mantener el rango de movimiento articular.

 

  • Relajación: es una técnica que va dirigida a cambiar actitudes y comportamientos aprendidos en relación al dolor crónico, o sea, intenta cambiar la propia experiencia subjetiva respecto a la sensación de dolor. Puede ser inducida de muchas maneras, tales como relajación muscular progresiva, imaginación dirigida, entrenamiento disciplinario, biofeedback. No constituye otro procedimiento en sí, pero ayuda existen unos beneficios potenciales para la persona con dolor: puede previenir que empeore la situación, aumenta la confianza y la sensación de autocontrol al afrontar el dolor, distrae el dolor y aumenta la eficacia de otras medidas de alivio al dolor.

 

Bibliografía consultada:

  • Arranz, AB., Tricás, JM., Lucha, MO., Jiménez, AI., Domínguez, P. y García, B. (1999): Artículo “Tratamiento del dolor”. Revista Iberoamericana de Fisioterapia y Kinesiología. Vol. 2. Núm. 3. Páginas 167-180
  • Casanovas Grau, M. (2020): Artículo “Terapias fisioterapéuticas para el dolor en el anciano.” Revista NPunto Vol. III Número 31. Octubre 2020: 115-141.

Para cualquier duda ponerse en contacto con nuestra fisioterapeuta Silvina.

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