Hoy es 8 de Marzo, podría tratarse de un día cualquiera, pero en esta fecha se conmemora el «Día de la Mujer” y… ¿por qué esta fecha? Pues porque es el día elegido por las Naciones Unidas para conmemorar la lucha de las mujeres por la igualdad. Está considerado, de hecho, el Día Internacional de la Mujer en el que desde hace unos años los colectivos, mujeres y hombres feministas han ocupado las calles del país para reivindicar los derechos del 50% de la población.
Tenemos constancia que desde el Servicio de Teleasistencia de DomusVi, gracias a los infinitos testimonios que diariamente nuestras abonadas comparten con nosotros, que la situación actual de la mujer ha cambiado de manera significativa, y pese a que aun queda mucho, hoy vamos a rendir un pequeño homenaje a tres de esas grandes mujeres.
Mari Carmen (Sevilla)
La vida es un carrusel con distintas paradas que te propone diversas situaciones. Mari Carmen es una mujer cuya vida es testimonio de múltiples cambios, que ha sabido manejar a lo largo de los años, siempre sin perder su esencia, sus valores.
Desde niña, tuvo una formación prolija, siendo licenciada en violín y danza clásica. Era un talento que su madre quiso pulir, dando una dirección a aquella niña calificada como “prodigio” por sus dotes para la interpretación en estas dos disciplinas.
Mari Carmen era una niña y posteriormente una mujer de una energía inagotable: su mente, sus pensamientos, sus valores como persona, brotaban con claridad siendo una joven. De tal manera, que pronto planteó a su madre y entorno familiar, muy conservador, sus ideas aperturistas y progresistas.
Este ímpetu interno, la llevó con 18 años cumplidos, a casarse con su primer compañero. Aunque la relación siempre estuvo viva, y dejó a ambos una hija, Mari Carmen decidió separarse de su primer compañero, con quien, no obstante, mantuvo hasta la partida de este, una grata relación de cariño y respeto. Pero, desde aquel momento, dejó de creer en el matrimonio en sí. Fue así como, a pesar de que durante una segunda e importantísima etapa de su vida, compartió la vida con otro hombre, un nuevo compañero con el que, por deseo expreso de ella, solo compartió un contrato matrimonial, que ella consideraba como el más fuerte que existe, que es el AMOR, que sintió por ESTE SEGUNDO GRAN HOMBRE, hasta el fin de sus días.
Con su segunda pareja abordó un gran reto: aprender y convertirse en profesional de un nuevo oficio, el de maquilladora de cine. Un trabajo que esconde una gran complejidad, pues trabajó codo con codo con otros profesionales de primer nivel en el cine italiano de la época, que destacaba por sus grandes producciones. En esta profesión, a la que dedicó gran parte de su vida, conoció a grandes de la pantalla como Mickey Roorke, Elena Vonnankarte, Sofía Loren, Visconti… mientras aprendía los secretos mejor guardados del maquillaje cinematográfico, de la mano de un gran maestro como fue el que ella siente como el GRAN AMOR DE SU VIDA. En Italia exponía sus pensamientos como mujer, a nivel político, social, cultural durante las largas reuniones que organizaba frecuentemente en su casa de Roma, donde tomó contacto con políticos italianos de primera línea o figuras del mundo de la cultura que departían con ella, que enganchaba por su conversación apasionada, profunda y abundante como un manantial de aguas recónditas y subterráneas que sale a la superficie.
Una de las grandes características de Mari Carmen es la RESILIENCIA. A pesar de haber pasado por diferentes etapas de gran dificultad, ella nunca ha perdido su fortaleza, plantando cara con serenidad y tenacidad a estos duros acontecimientos.
Ahora, en su incipiente senectud, mantiene el brillo en la mirada, la palabra emana de su boca siempre vibrante e intensa, y comparte horas de radio en la emisora de su lugar de vida, ayuda en proyectos de belenismo, en lo que es una especialista; y lo más importante, disfruta de la vida, con sus amigos, con su familia elegida.
Ramona (Ourense)
Ella es Ramona Varea, usuaria del Servicio de Teleasistencia de la Diputación de Ourense, nacida en Marruecos por circunstancias puntuales de la vida, en donde no tuvo posibilidad de acudir a la escuela pero se formó de manera autodidacta y observando la realidad de su entonces. A la edad de 15 años, momento en el que en Marruecos ha de tomarse una decisión importante para seguir como ciudadano de derecho, Ramona y su familia se trasladaron a Barcelona.
Allí en su nueva ubicación, Ramona cuidó de sus cuatro hermanos, su madre no se encontraba bien cognitivamente y su padre se dedicó a otros menesteres. En ese momento, como ocurría con frecuencia, se vio obligada a contraer matrimonio con un hombre para ella casi desconocido por decisión de su familia.
Ramona era una joven tímida y de carácter libre y pese a aceptar esa boda, ella sabía que no sería feliz. Junto con su exmarido tuvo 2 hijos, y durante más de 20 años sufrió maltrato físico y psicológico, lo que la llevó a acudir a distintos profesionales de la salud psiquiatras y médicos de diferentes especialidades por que no era capaz de distinguir entre lo que era normal y no dentro de una relación en pareja.
Fue en ese momento cuando se resguardo en su Fe, a la que atribuye la suerte de conocer a un matrimonio que le salvo la vida “Estrella y Salvador”. Esta pareja tras labrar con ella una amistad intensa, fueron capaces de detectar en Ramona la problemática que estaba viviendo por aquel entonces y con muchas dificultades por la Ley vigente de divorcio de aquellos tiempos y la inexistente Ley de Violencia de Género, consiguieron que Doña Ramona pudiera salir de Barcelona y trasladarse a vivir a su aldea de Cartelle, en Ourense.
Llegó sin nada más que el amor y la libertad que le brindaba la oportunidad de escapar de lo malo vivido anteriormente y así empezó de cero, ofreciendo su ayuda a la gente del pueblo, construyéndose su casa desde los cimientos, cosiendo y zurciendo a quien lo necesitase sin pedir nada a cambio, Después de duros comienzos en donde la gente de la zona dudaba de su llegada, prejuzgándola por ser mujer, sola y de alma solidaria…poco a poco se fue ganando a su gente, formando parte imprescindible de esta comunidad, en la que tiene mil historias que contar. Las puertas siempre abiertas para todo el que quiera conversar y, como ella, dice a sus 74 años…tan solo a cambio de amor y cariño.
María del Carmen (Madrid)
María del Carmen nos relata que su vida siempre ha sido corriendo a todas partes y con muchas prisas.
Desde muy joven le tocó el papel del cuidado de sus hermanas, siendo, en la mayoría de las ocasiones madre y confidente.
No tuvo la oportunidad de continuar estudiando hasta donde ella quisiera porque desde muy temprano, tuvo que ponerse a trabajar como pantalonera, en la sastrería de lujo de Santa Eulalia con su madre. No obstante, pudo terminar sus estudios básicos por las noches.
La madre de Mª del Carmen, tenía dos ayudantes, y su labor consistía en encargarse de llevar el trabajo terminado.
Recuerda, mientras nos narra su historia, lo apurada que iba. Incluso llevando a coger el tranvía en marcha a gran velocidad.
Su adolescencia, también transcurrió con el dedal y la aguja.
Pasados los años, su madre decidió abrir una tienda de moda en Barcelona. Nos cuenta que tuvo bastante éxito, porque siempre tenía las últimas tendencias. Trabajaba, al pie del cañón junto con sus dos hermanas pequeñas.
Posteriormente, Mª del Carmen se trasladó a vivir a Madrid. Comenzó a coser para amigas y conocidas, hasta que finalmente encontró trabajo haciendo arreglos en una tienda de ropa de niño en el barrio de Salamanca. Nos relata, con gran emoción, que en una ocasión, estuvo trabajando en un desfile de moda, arreglando la ropa y ayudando a las modelos en el mismo.
En la actualidad, cose poco, pero siempre recuerda su vida entre «costuras».
¡Muchas gracias Mari Carmen, María del Carmen y Ramona por haber querido compartir con nosotras estas experiencias como motivo de esperanza y hacernos seguir creyendo en los cambios, mujeres luchadoras!
Imagen: @lets_pachecho