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28 Jul 2021 | Noticias

Taller de escritura creativa grupal «PASCUALINA LA VIAJERA»

En el grupo de actividades de ocio y tiempo libre, seguimos disfrutando de los talleres de escritura creativa grupales.

Es un tiempo en el que todas las personas participantes disfrutan muchísimo. Nos reunimos semanalmente para ir dando forma a una historia, partiendo de una primera imagen o idea y con dinámicas creativas grupales, vamos dando forma poco a poco a nuestra historia.

En esta ocasión os vamos a narrar esta historia.

 

PASCUALINA LA VIAJERA

 

Comienza esta historia con Juan y Pedro, dos chicos viejos que están hablando, están sentados admirando el paisaje, un precioso lago.

Hablan de que es un lago tan bonito que los domingos van allí los novios a pasear y a tomar el aire. Suelen llevar la merienda: tortilla de patatas, bocadillos de jamón y chorizo, fruta, pasteles, vino y agua y no olvidan traer un plástico grande para sentarse y comer.

Llegan allí desde el pueblo que hay en la otra orilla del lago, se  llama Ongi Etorri y es un pueblo pequeño, una aldea de caseríos y casitas bajas. Un pequeño río con agua que baja del manantial de la montaña cruza el pueblo para terminar en el lago.

Hablando, recuerdan la historia de Pascualina, una jovencita que solía estar por allí viendo quien pasaba. Recuerdan que Pascualina que es traviesa y le gusta mucho jugar al escondite, un día se subió a un bote que había allí y soltó la amarra.

El bote salió por el lago y empezó a navegar. Pascualina no se asustó porque en el bote estaba la comida que habían dejado los dueños y siguió navegando, navegando…llegó a Bakio y siguió navegando hasta llegar a la Ría de Bilbao.

Subiendo por la ría con el bote, vio unas lamias. Para Pascualina, esta era una aventura muy bonita, estaba viendo un mundo que no conocía. Iba gritando y saludando a todos y así es como le vieron las Lamias, que guiaron el bote ría arriba camino de Bilbao. Llegaron hasta el Guggenheim y una vez allí, bajaron de la barca.

A los dueños del Guggenheim les gustaron tanto las lamias que les sacaron un buen aperitivo en el borde de la ría para que pudieran tener los pies en el agua. Pascualina y las lamias echaron unas monedas al estanque, para pedir un deseo, que el bote se convirtiera en un barco que navegara bien, grande, para poder subir en el Pascualina, las lamias y todo el pueblo, querían ir a ver mundo.

Su petición se hizo realidad y el Guggenheim se convirtió en un gran barco y a él subieron todxs junto con Pascualina y las lamias e hicieron una gran fiesta dentro, por todo lo alto.

Al día siguiente, con la marea, soltaron amarras y comenzaron  su viaje de aventuras, irían haciendo paradas en muchos sitios. En Nigeria, Italia, Barcelona, Benidorm, Portugalete….

Os iremos contando las historias que vivieron en cada una de las escalas.

 

 

Participantes, grupo 3 de actividades: Begoña A,  Esperanza G,  Josefa G, Carmen G, Leo H , Isabel L, Iciar R, José Luis S, Ana Mª S, Begoña T, Charo V, Conchi V.

 

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