Se repartieron las distintas tareas en función de las capacidades de cada participante. Primero se cortaron los ingredientes y luego se fueron preparando las brochetas con distintas combinaciones.
También se prepararon canapés con patés de diferentes sabores acompañados con queso fresco.
Para finalizar el taller pudieron degustar todo lo que habían elaborado acompañado de refrescos.
También en esta ocasión, los participantes disfrutaron mucho de la actividad y expresaron querer repetir este tipo de taller.
Con esta actividad se ejercitan componentes como la coordinación bimanual, la motricidad fina, la fuerza y la movilidad de miembro superior. Además se favorecen las relaciones sociales y, por tanto, se contribuye a desarrollar las habilidades necesarias para relacionarse en comunidad. Es una actividad que les aporta sentimientos de utilidad y de autorealización.
¡Os dejamos unas imágenes!