Blog ADOREA Sevilla

Querido Isidoro

Cuanto te echamos de menos, nos falta tu risa divertida cuando entrabas cada tarde a la residencia y te recibíamos todas, tu club de fans, entre las que nos encontrábamos Aina de recepción, Luisa supervisora o yo misma. Nos peleábamos por ti diciendo que eras nuestro novio…  y gracias a estas bromas de compañeros del alma recibimos casi diariamente un profundo abrazo tuyo.

Queremos agradecerte tantas cosas que nos regalaste que aquí van algunas de ellas:

Gracias por los consejos de vida que nos diste a muchos de nosotros cuando íbamos a hablar contigo o a pedirte consejo, o simplemente a contarte nuestras penas. Siempre fuiste un GRAN ESCUCHANTE. Lo sé en primera persona, pero también lo sé de otros muchos tanto residentes como trabajadores a los que ayudaste ESCUCHANDO.

Gracias Isidoro, por tu PROFESIONALIDAD, eras un MEDICO, no hacen falta más calificativos. Cuando algún residente entraba nuevo y veía que tú eras el médico de la residencia solían decir ”¡Pero si es Isidoro, yo le conozco, ya me quedo tranquila!”.

Gracias por ese genio, que salía de vez en cuando, gracias por tu carácter firme, tan necesario y útil en muchas ocasiones.

Cuántas veces te esperé para que me ayudases con algunos  asuntos que tú en un minuto resolvías…

Gracias por aquellos momentos tan divertidos cuando bailabas y cantabas imitando a Pimpinela`¡ Lo que nos pudimos reir!!!!

Gracias por permitirnos compartir tu hermosa vida, tuvimos la suerte, algunos de conocer a tu esposa, a quien tanto amabas y cuidabas. Supimos del amor que profesabas por tus hijas y yernos, pero sobretodo tuvimos la fortuna de disfrutar de tus nietas, conocimos su día a día a través de fotos y videos que con tanta ilusión nos enseñabas. Cuando te preguntábamos por ellas enseguida sacabas el móvil y como abuelo orgulloso nos contabas sus avances en sus deliciosas y dulces vidas.

Ellas, tus nietas fueron la nueva luz de tu vida, tu sonrisa se amplió con su llegada y una nueva ilusión llenó tu vida, que ya era plena.

Gracias por darnos la sorpresa de descubrir con el tiempo que teníamos un poeta en la residencia, ¡Que orgullo!… y tu siempre humilde y discreto.

Un millón de gracias ser nuestro amigo, nuestro compañero. Queremos que sepas que fuiste una gran persona y que nos has dejado un gran vacío que llenamos con tus recuerdos, porque fuimos muy afortunados de tenerte.

Sigues presente en nosotros día a día, te recordamos y estoy segura que desde donde estés estarás acompañando y cuidando a tu familia como siempre lo hiciste. Protegías a tu mujer, a tus hijas, yernos y nietas con toda tu fuerza y tu amor. Lograste una familia unida y feliz.

Nunca te olvidaremos, siempre serás NUESTRO MEDICO, EN EL MÁS AMPLIO SENTIDO DE LA PALABRA.

UN BESO ENORME DESDE LO MAS PROFUNDO DE NUESTROS CORAZONES.