Hoy, como cada viernes desde hace unas semanas, parte del equipo de DomusVi Arandia hemos asistido a una nueva jornada de formación en el Palacio Euskalduna dirigida a ir trasformando, poco a poco, juntxs, entre todxs y con todxs, nuestro actual modelo de residencia donde, como os contábamos la pasada semana, prime una ética de los cuidados que nos permita acercarnos tanto a cada persona como ella quiera para poder acompañarla en su proyecto vital. Como a todxs nuestrxs formadores, a nosotrxs también nos encanta la definición del psicólogo Ramon Bayés acerca de que “la persona es el viaje” y nosotrxs queremos ser los mejores copilotos de ese viaje, junto a vosotrxs, su familia.
Hoy hemos tenido la suerte de escuchar a Teresa Martinez, doctora en psicología y gerontóloga social y promotora del modelo ACP (atención centrada en la persona). Además de su sabiduría en la atención a mayores, su carácter entrañable y su amor al oficio, hoy nos ha traído una nueva metodología integrada en este modelo: las historias de vida.
Muchos pensareis que esto ya lo hacemos y que de nuevo no tiene nada, pero lo novedoso, como en todo el modelo, es la mirada con la que acercarnos y hacer dichas historias de vida. En palabras de Teresa, esta nueva metodología “nos abre muchas ventanas diversas por las cuales asomarnos al cuidado de cada persona”.
Hasta ahora, en nuestro sector, esas historias de vida integradas en los protocolos se basan fundamentalmente en cuestionarios bastante rígidos que o bien rellenamos casi al ingreso u os damos a las familias donde se recogen información acerca de la vida de la persona. Esta información nos es muy útil, sobre todo para comenzar a conocer a la persona pero la metodología de Historias de Vida implica la construcción dinámica y viva, y siempre en construcción, de la historia de la persona, realizada no sólo por un perfil profesional sino en equipo multidisciplinar dando mucho valor en su realización al personal de atención directa. Supone de manera guiada pero no estandarizada ni rígida iniciar un diálogo continuado, informal, de tu a tu, priorizando lugares amables donde hacerlo, respetando lo que cada persona o su familia desee contar y respetando en todo momento con quien quiere compartir dicha información.
Conocer la historia de vida de las personas nos facilita conocer los valores que guían su vida, su identidad, su idiosincrasia, lo que le diferencia de los demás para así dar valor absoluto a su vida y convirtiendo a cada persona en única y valiosa, reconociéndola en su dignidad.
A modo de resumen Teresa nos ha aportado 5 ideas básicas por las cuales este nuevo modelo y esta metodología de Historias de vida son necesarias de adoptar poco a poco en los equipos:
1.- Para reconocer a la persona en su dignidad. “En entornos más pequeños, conociendo a cada persona en su trayectoria vital es mucho más fácil reconocer a la persona en sus valores, dejando la perspectiva de nuestros propios valores fuera”.
2.- Cada persona es única. Y acorde a esa unicidad así debemos cuidarla.
3.- El fin de todo ser humano es la felicidad. “Todas las personas que viven en un centro tienen derecho a explorar su bienestar, su felicidad”.
4.- Esa felicidad se consigue con proyectos de vida propios
5.- Lo cotidiano y relacional como elementos esenciales del proyecto de vida. “Debemos entender el cuidado como un espacio de relaciones”.
En definitiva, Teresa nos propone que nuestra labor de cuidar, la vuestra como familias y la nuestra como profesionales, debe ser “acompañar vidas que merecen la pena”. Todo esto parece muy difícil, pero en DomusVi Arandia creemos que lo difícil es cambiar nuestras gafas de hasta ahora, lo que hemos hecho como siempre, de cambiar la mirada de seguridad por autonomía, de cambiar la organización centrada en hacer tareas estandarizadas por la búsqueda inteligente, creativa y muchas veces arriesgada y poco ortodoxas de soluciones acordes, no a lo que como expertos creemos para ti, sino a lo que tú crees que es bueno para ti. La dificultad de este modelo está en el cambio de pensamiento, de flexibilización de lo que cada uno hacemos y cómo lo hacemos. Si educamos (y esto es posible formándonos, compartiendo, leyendo y escuchándonos) nuestra mirada, todo lo demás es posible.