Ya que nuestra biblioteca estaba llena de libros y no teníamos más hueco para aceptar más donaciones, decidimos hacer un gesto para que la lectura siga estando presente, y pueda pasar de mano en mano.
Por ellos decidimos subir a la plaza del pueblo, y montamos un pequeño «puesto», en el que con un poco de esfuerzo conseguimos que tanto jóvenes como mayores, se acercarán y pudiesen llevarse completamente gratis, los libros.
Nuestros mayores se implicaron y pudimos disfrutar de esta experiencia juntos, la cuál volveremos a repetir.
«Os queremos ceder una parte de nuestra cultura, para que nunca quede en el olvido».