Cuando hablamos de psicomotricidad nos referimos a las destrezas o habilidades que a la hora de controlar movimientos corporales cuando se interactúa con el entorno. Estos movimientos pueden ser de dos tipos: gruesos y finos.
La psicomotricidad gruesa se refiere a todas las acciones que se realizan con todo el cuerpo, como: saltar, correr, girar… Para realizar estas acciones se requieren el control del cuerpo en relación a sí mismos y con el espacio y los objetos, así como la coordinación de las distintas extremidades del cuerpo.
La psicomotricidad fina hace referencia a las actividades o acciones que se realizan específicamente con las manos, y para las cuales deben tener un buen control óculo-manual.
En nuestro caso, hoy os queremos enseñar como trabajamos la psicomotricidad fina en nuestro centro realizando diferentes actividades, donde ponemos a trabajar nuestras manos para mantenerlas en forma y seguir manteniendo con ellas toda la autonomía que sea posible para nuestra vida diaria.