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25 Nov 2023 | Jornadas de divulgación

Formación para la trasformación al nuevo modelo de cuidados de larga duración

Este viernes, hemos acudido a otra de las sesiones en el Palacio Euskalduna para aprender y comprender los cambios que hemos de ir haciendo poco a poco en los centros para llegar a una atención donde el eje de todo sea la persona, como única y valiosa y siendo el sistema el que se adapte íntegramente a ella. Estamos llegando al final de esta formación y ya toca comenzar a abordar cómo y quienes van a liderar los cambios en los equipos. Por eso hoy, Elena Fernández Gamarra, psicóloga de organizaciones entre otras muchas cosas, nos ha hablado del grupo motor. 

Hemos comenzado hablando del cambio, de lo que supone y de lo que rompe. Nuestros centros, como organizaciones vivas han tendido al equilibrio, a mantenerse sin cambios y más en un sector como el nuestro, en el que hasta ahora imperaba una visión paternalista donde el profesional era el único experto en la gestión de la vida de las personas; «esto se hace así por que es bueno para ti»- Este nuevo modelo desecha todo esto anterior para incorporar nuestro papel de otra manera completamente distinta; ahora somos acompañantes en la búsqueda del bienestar único de cada personas y nuestra labor es proporcionar apoyos necesarios para que cada uno viva acorde a sus valores dentro de la convivencia grupal que obliga estar en una residencia.

Esta visión rompe completamente el equilibrio anterior, que requiere de personas que lideren este proyecto con gran capacidad de liderazgo en positivo, personas capaces de acompañar al equipo y de gestionar las resistencias que aparecen ante el cambio. Hablábamos de la tendencia del ser humano a resistirse a los cambios, por miedo, por comodidad, por no saber gestionar  la incertidumbre que genera probar cosas nuevas sin tener un resultado claro, pero Elena nos hacía reflexionar sobre la naturaleza de la vida, en constante cambio. la dificultad ante el cambio viene dada cuando lo hacemos consciente y como líderes de este cambio trascendental debemos, no eliminar la complejidad, sino incorporarla al proyecto para poder tomar decisiones acorde a ella. 

Hablaba de la necesidad de un grupo motor bien formado y que en su base crea firmemente en este cambio, que aquellas personas encargadas de proponer cambios estén seguras de que este modelo es mejor y que es posible, con esfuerzo, dificultades y mucha entrega, pero posible. 

Hemos trabajado a través de diferentes dinámicas cuál sería nuestra declaración de intenciones con nuestro equipo de cara al cambio y hemos tratado de ponernos en la piel de todos los integrantes del grupo sobre cómo pueden acoger esa disposición. También nos han enseñado a identificar a aquellas personas que de primeras acogerán el cambio con agrado y nos ayudarán, también aquellas que dudarán y también aquellas más resistentes al cambio con las que habrá que ser más ingeniosos para que acaben aceptando esta realidad, hoy todavía casi un sueño, pero que debe ir haciéndose realidad poco a poco desde ya.

Como sabéis trabajar con personas implica esfuerzo y trabajar las relaciones cada día; y esta es otra de nuestras tareas y retos para llegar a una residencia donde la calidad de la atención sea para cada uno de ellxs. 

 

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