La Fisioterapia en pacientes amputados.
Desde el departamento de Fisioterapia de nuestro centro, me dispongo a informaros sobre ella. Primero de todo y, para situarnos, se conoce como amputación a la separación completa de una parte del cuerpo del resto del organismo.
En España se estima, según estudios, que hay en torno a 59.000 amputados. Pero, ¿por qué se desencadena este suceso?. Pues bien, las principales causas de amputación tienen origen vascular, de hecho, en los pacientes geriátricos suelen ser éstas las más habituales; Aunque también, pueden deberse a traumatismos, anomalías congénitas y/o tumores.
En el miembro inferior, que es el que vamos a tratar en este post, se diferencian diversos tipos de amputación, principalmente siendo transtibial (por debajo de la rodilla) y transfemoral (por debajo de la cadera).
Cuando las personas sufren la pérdida de una parte de la extremidad inferior, en este caso, experimentan cambios físicos y psicológicos importantes, y la pérdida de capacidad física les lleva a disminuir su habilidad en la deambulación y en sus actividades de la vida diaria (AVDs). Por eso, el principal propósito del proceso fisioterapéutico en amputaciones del miembro inferior es la recuperación y la reeducación funcional de la marcha para poder realizar con la máxima independencia posible sus AVDs.
Dentro de los protocolos de rehabilitación fisioterapéutica, se incluyen ejercicios de fuerza, evitar los tan recurrentes flexos de rodilla y/o cadera, estiramiento de músculos como psoas-ilíaco, trabajar el equilibrio, tareas funcionales, transferencias y entrenamiento de la marcha, los cuales pueden ir acompañados de técnicas de facilitación neuromuscular propioceptivas.
Y, ¿De qué dispositivos podemos servirnos desde la fisioterapia para conseguir de nuevo la deambulación?.
Pues la respuesta está en las prótesis. Además de todo lo anteriormente comentado, existen prótesis de todo tipo y de diferentes materiales en función del nivel de amputación que presente la persona. Éstas son unos dispositivos que se usan para sustituir una o ambas piernas amputadas. La principal dificultad de la protetización, consiste en adaptar de la forma más confortable posible el encaje, y de esa forma, conseguir una deambulación ergonómica y con la máxima estabilidad, mínimo coste energético y apariencia de lo más conseguida posible.
En nuestro centro contamos con una residente que es doble amputada transtibial, por lo que os muestro, a continuación, sus dos prótesis, para que, visualmente, podáis observar que están muy conseguidas. Además, a través de las imágenes, os enseño la secuencia que seguimos para su correcta colocación:
- Acomodamos la vaina de silicona alrededor del muñón y ajustamos bien para evitar las arrugas en la piel.
- La persona se pone en bipedestación para que la prótesis haga un buen encaje y, a continuación, se coloca la rodillera consiguiendo la unificación de la prótesis y la pierna amputada.
- Finalmente, la persona puede comenzar la deambulación tras el proceso de protetización.
En definitiva, el camino que tiene que recorrer una persona amputada es largo y tedioso, pero siempre contando con una buena actitud y rodeándonos de profesionales que ayuden a dicha persona a afrontar los diferentes problemas que se van presentando, todo es mucho más llevadero.
La fisioterapia, por todo lo anteriormente nombrado, está muy ligada a esta lesión y/o enfermedad y puede prestar mucha ayuda a estas personas para que puedan volver a recuperar de la forma más similar posible su anterior estilo de vida, buscando adaptaciones, terapias y estrategias para lograrlo.
Espero que os haya gustado y tengáis una nueva visión sobre la amputación y la fisioterapia.
Saludos virtuales.
Noelia de la Concepción Valle. Fisioterapeuta.