Pasear es una forma asequible de realizar ejercicio físico adaptable a cualquier edad, constituye un gran aporte de oxígeno, liberación de endorfinas, disminución del estrés y supone una fuente de bienestar físico y emocional. Vamos a enunciar algunos de sus enormes beneficios:
Movilización del cuerpo y fortalecimiento de músculos y huesos:
Los paseos son de vital importancia para oxigenar el cuerpo y la mente al entrar en contacto con el entorno, evitando la aparición de dolores o entumecimientos propios de la edad. Implica una activación total, aumentando la motivación y las ganas de sentirse vivo y útil de aquellas personas que lo practican.
Refuerzo del sistema inmunológico
Al exponernos al ambiente exterior estaremos incrementando nuestras defensas y reforzando nuestro sistema inmunológico.
Dosis de vitamina D
Fuente natural que nos regala el sol al exponernos a él, del cual podemos nutrirnos gracias la vitamina D que nos ofrece como complemento y refuerzo de una alimentación saludable.
Eliminación del estrés
Al salir de nuestro hábitat natural, pasear nos ayuda a colocar nuestra atención, no tanto en nuestros problemas y preocupaciones, sino que favorece el posarla en elementos de la naturaleza que tanto bienestar y sensación de tranquilidad nos produce. Elementos imprescindibles para la reducción del estrés, así como de síntomas relacionados con la ansiedad o la depresión.
Socialización
Caminar fomenta la relación con los demás y evitar el sentimiento de soledad que, en ocasiones sienten, las personas mayores. Aspecto fundamental para reforzar el apoyo social y/o familiar tan importante para sentirse querido y valorado, así como para recordarles que no están solos.
¡Paseos más que revitalizantes, únicos e interesantes! Pues nunca habrá un paseo igual.