Cada residente tiene unas necesidades diferentes, cada historia es distinta. Es por ello, muy necesario, adaptar las actividades a los objetivos que nos planteamos con cada persona.
Desde la Terapia Ocupacional, nuestro objetivo final es lograr mantener, conseguir o recuperar el máximo grado de autonomía en las Actividades de la Vida Diaria (AVD). Para ello, trabajamos desde varios puntos de vista basándonos en el uso terapéutico de las actividades u ocupaciones.
Podemos trabajar mediante intervenciones basadas en la ocupación, es decir, cuando lo hacemos directamente para potenciar la independencia en la alimentación en los comedores o en nuestras intervenciones en el baño o vestido en su habitación y baño, en su entorno habitual. También podemos hacerlo mediante actividades con propósito como practicar el cierre de una camisa con botones o el uso del dinero en una tienda.
Y también podemos intervenir mediante actividades auxiliares o preparatorias para mejorar destrezas motoras y praxis, sensoriales-perceptuales y cognitivas. Este es el ejemplo que os mostramos hoy. Hacer diferentes actividades en el gimnasio para potenciar musculatura, mejorar movilidad, mantener capacidades cognitivas o promover la destreza manual hará que se mantengan activos y puedan mantener esa independencia en otras actividades de la vida diaria; como es la alimentación, el arreglo personal o la deambulación.