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19 Nov 2019 | Noticias

Prevención de caídas DomusVi Alcalá de Guadaíra

LAS CAÍDAS EN LAS PERSONAS MAYORES

La OMS define las caídas como la “consecuencia de cualquier acontecimiento que precipite a una persona al suelo en contra de su voluntad”. Las caídas en personas mayores constituyen uno de los síndromes geriátricos más frecuentes. Además, la mitad de las personas mayores que se caen lo hacen repetidas veces.

Se tiene la idea errónea de que las caídas son eventos comunes e incluso normales dentro de la vida cotidiana de las personas mayores. De hecho, se asume como una consecuencia natural del proceso del envejecimiento.

Causas y factores de riesgo que inciden:

  • Causas intrínsecas (relacionadas con el propio paciente): presencia de determinadas patologías, alteración de la marcha y equilibrio, alteraciones visuales y auditivas, desorientación, problemas neurológicos
  • Causas extrínsecas (dependen del ambiente y entorno)
  • Factores circunstanciales (dependientes de la actividad que se esté realizando)

 

Consecuencias más frecuentes:

  • Inmovilización
  • Disminución de la calidad de vida
  • Aumento de dependencia y pérdida de autonomía
  • En muchas ocasiones, dan lugar a fracturas
  • Se asocian con mayor morbilidad y mortalidad

 

Medidas para prevenir el riesgo de caídas:

En un número elevado de casos, las caídas son evitables y se pueden prevenir. Para llevar a cabo una prevención eficaz, debemos abordar las caídas de manera multidisciplinar.

  • Cuidados generales: realizar un buen seguimiento del estado de salud y de la medicación del paciente. En caso de que el residente presente agitación, valorar la necesidad de cambio de tratamiento y/o utilizar contenciones mecánicas, en caso de que sea necesario.
  • Iluminación: evitar áreas poco iluminadas, tener interruptores cerca de las puertas y de la cama.
  • En el baño: instalar barras de sujeción, tanto en el retrete como en la ducha. También resultan de gran ayuda los asientos en la ducha.
  • Suelo: evitar suelos irregulares, deslizantes y resbaladizos. El suelo debe mantenerse seco. Eliminar obstáculos que puedan entorpecer la marcha.
  • Calzado: utilizar zapatos cómodos que sujeten bien los pies, proveer un buen apoyo y amortiguación del talón. Además, se recomienda que las suelas sean antideslizantes.
  • Dispositivos de ayuda: utilizar bastones y andadores, dejar frenadas las sillas de ruedas, colocar barandas firmes y seguras en la cama.

Belén Cordón Borge

Fisioterapeuta

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