Seguramente estos días habréis oído hablar de la campaña ‘No more Matildas’; una campaña para acabar con la discriminación de las mujeres en ciencia iniciada por la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT). El objetivo de la campaña es llamar la atención sobre la falta de referentes femeninos en ciencia y la persistencia de los estereotipos.
«Matilda Joslyn Gage, activista de los derechos de las mujeres, fue la primera en denunciar esta tendencia sistemática por la que brillantes científicas habían sido ninguneadas y sus logros, silenciados, o generalmente atribuidos a otros a lo largo de la historia. Margaret W. Rossiter, historiadora de la ciencia, puso nombre al Efecto Matilda en honor a esta activista.
La realidad es que en los libros de la ESO solo el 7,6 % de las menciones en ciencia corresponden a mujeres, según estudios de la Universidad de Valencia y de la Universidad Complutense de Madrid. Y esto ayuda a que permanezca el estereotipo de que las ciencias son materias más adecuadas para los hombres. Y según la Unesco, las mujeres suponen el 28% del alumnado en carreras científicas en el mundo. Según Carmen Fenoll, presidenta de la AMIT: « Hay que concienciar al profesorado y a las familias para que no pongan en duda que las niñas pueden ser buenas en matemáticas o estudiar informática y eso desde muy pequeñas. No es que se comporten de forma abiertamente machista, es que hay sesgos inconscientes que seguimos aplicando y que hacen que las chicas se sientan raras si expresan inclinación por la ciencia o la tecnología»«.
Desde DomusVi Ferrol apoyamos dicha campaña, y por ello hemos empezado a trabajar el tema en uno de nuestros talleres ordinarios. Durante 2 semanas, aproximadamente, hablaremos sobre diferentes mujeres que han marcado y/o siguen marcando la historia y que merecen ser recordadas, reconocidas y valoradas por tod@s. Ayer mismo hemos dedicado la jornada a la gran «ÁNGELES ALVARIÑO». Primera mujer científica en un buque británico… ¡y ferrolana!
La ferrolana tenía 37 años cuando en 1953 se subió a un navío británico determinada a indagar sobre el zooplancton y las larvas de los peces -el franquismo no le permitía hacerlo en buques de investigación españoles-. Curiosísima y licenciada en Ciencias Naturales, la exploradora de los océanos, nacida en Serantes en 1916, se convirtió así en la primera mujer que acompañó a los ingleses en calidad de científica. De ahí, puso rumbo a Massachusetts con una beca Fullbright; luego, a California donde falleció en el 2005 a los 88 años.
Ese mismo año, el Ayuntamiento de Ferrol le rindió un homenaje póstumo en el Campus de Esteiro, donde se descubrió una placa conmemorativa en honor a una de las mujeres más destacadas en el mundo de la ciencia.
Y el 24 de febrero de 2012, se botó el Ángeles Alvariño, buque de investigación del Instituto Español de Oceanografía.
A lo largo de su carrera, Ángeles descubrió 22 nuevas especies marinas y revisó la morfología en varias fases de desarrollo o de ciclo sexual y de otras de zooplancton, empleando ilustraciones y notas. . Está reconocida como una autoridad mundial en determinados tipos de zooplacton, el conjunto de diminutos organismos animales que sirve de alimento a especies más grandes en el océano.
Ángeles Alvariño, un orgullo de mujer, de científica y de ferrolana; cuyo nombre debería aparecer en los libros de textos y ser reconocida por todas las generaciones.
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