Hoy hace un año de aquel 14 de marzo de 2020 en el que todo España se paralizaba por la declaración del estado de alarma. Los inicios estuvieron marcados por la confusión y los nervios, todos albergábamos la esperanza de que serían uno días de encierro, al final esos días se acabaron convirtiendo en meses para los que nadie estaba preparado.
La pandemia nos ha traído nuevas costumbres y rutinas, como por ejemplo no olvidarnos de poner la mascarilla y usar el gel hidroalcohólico en todas las esquinas. Pero también nos ha afectado a lo más cotidiano, a nuestra forma de relacionarnos, siendo imposible tocar, besar y abrazar, dificultándolo aún más el tener que hacerlo a dos metros de distancia.
Un año después la educadora del centro, les hace reflexionar sobre que añoramos, que ha sido lo más duro para ellos. Todos coinciden que lo más difícil fue no ver a su familia en meses y adaptarse a nuevas rutinas, nuevas formas de comunicación tanto entre ellos como con sus familiares a través de mampara o tablet.
Pero también realizaron un ejercicio de reflexión sobre que hemos aprendido y que lección de vida sacamos de estos 365 días. Todos coinciden en que aprendieron a valorar el trabajo del personal, alabando su esfuerzo diario y su compromiso, valorando su protección, su atención y sus cuidados.
Sin duda un año lleno de dificultades,
un año que nadie olvidará
un año que marcará nuestras vidas para siempre,
pero en el que todos hemos aprendido a valorar,
a priorizar qué es lo realmente importante
y por lo que debemos luchar.
Aquí os dejamos algunas de nuestras reflexiones sobre lo vivido y algún que otro deseo para el futuro: