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Volvieron los abrazos, las caricias, el roce de las manos, los gestos cariñosos en los brazos, en los hombros, en la cara… volvió, en definitiva, el cariño de forma no verbal. Ese tan importante, tan necesario, tan cercano y el que nos acerca de una forma especial a la otra persona sin que tengan que mediar palabras.

No sabéis lo feliz que nos hace que la Xunta de Galicia haya permitido por fin el contacto físico en las visitas de los familiares y que tanto tiempo llevaban esperando los residentes.

Desde el domingo pasado las visitas se parecen ya mucho más a las de antes de la pandemia, con mascarilla, sí, pero  las palabras sobran cuando nos damos un abrazo o nos cogemos las manos.

Un pequeño gesto… un grandísimo avance.