Cuando tomas la decisión de estudiar enfermería no imaginas lo que es esta profesión, te vas dando cuenta conforme te incorporas al mundo laboral. Y si es en una residencia, vives en primera persona lo que es ser enfermero…
Ser enfermero es saber comunicarte, es tener fortaleza mental, es ser flexible, es tener una respuesta rápida para solucionar problemas, es tener mucha resistencia física y mental.
Ser enfermero es vivir corriendo, es desear tener 4 brazos y 4 piernas para que te de tiempo a todo, es soñar con el sonido del teléfono del trabajo sonando a cada momento.
Ser enfermero es saber aliviar dolor simplemente con la palabra, es saber que cuando alguien te llama es porque te necesita, es saber comprender, saber que eres como parte de sus familias.
Ser enfermero es llamar por su nombre a cada persona, sabiendo que un simple ¿Qué tal cariño? Les saca una sonrisa de oreja a oreja.
Ser enfermero es saber que los cuidados van hasta el último segundo de vida, dando siempre todo el cariño del mundo en los momentos más delicados. Es saber que todo tiene un principio y un final, y que el final siempre llega, pero lo importante es hacer que ese final sea el más digno posible.
Ser enfermero es sentarte delante de ellos, poner tu mano en su rodilla y escuchar esas historias de su juventud que hacen la mayoría de veces, más efecto terapéutico que 10 fármacos juntos.
Ser enfermero es entender a las inquietudes de las familias, a veces con largas conversaciones, sabiendo que de ti depende la tranquilidad de esas personas.
Ser enfermero es hacer un poco el payaso para hacer que se rían, es ponerte delante de ellos y bailar, aunque no tengas sentido del ritmo, pero merece la pena ver esas caras riendo y a veces ¡¡hasta se animan y bailan contigo!!
Ser enfermero es empatía en estado puro, máxime cuando tienes contacto directo los 365 días del año, las 24 horas con personas que necesitan de ti para su bienestar.
Ser enfermero es cuidar, aliviar dolor, acompañar, es dar cariño, sonreírles, escucharlos, darle la mano, un abrazo. Escuchar sus carcajadas cuando charlas con ellos, escuchar sus inquietudes y sus batallitas. Es acompañarlos hasta el comedor, y ¡¡que no falte una pastilla!!
Es tanto lo que te da esta profesión trabajando en una Residencia, que la mayor recompensa que tienes es irte a casa con la tranquilidad emocional de que has ayudado a la gente.
Pero sobre todo ser enfermero es trabajo en equipo, es compañerismo, y yo tengo la suerte de trabajar con gente 10, que se entregan en cuerpo y alma. Gente que sabe que juntos somos más fuertes, que esa es la manera de dar un cuidado integral de calidad.
Y al final te das cuentas que uno no es buen enfermero si no tiene detrás unos buenos auxiliares, y yo aquí tengo la suerte de tener al mejor equipo posible.
¡¡FELIZ DIA DE LA ENFERMERIA!!
F. J. V. R
