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CALIDAD DE VIDA Y ENVEJECIMIENTO ACTIVO: nuestra meta en el trabajo con personas mayores

 Desde DomusVi Azalea, trabajamos para que las personas mayores que nos eligen puedan tener un envejecimiento activo y óptimo. Esto supone abandonar el tradicional modelo de disminución basado en la patología, en los déficits  y en las consecuencias negativas de envejecer, y abrazar un modelo de crecimiento personal que destaca las potencialidades de esta etapa de vida y que hace hincapié en las competencias, posibilidades y  oportunidades de las personas.

Para ello, desarrollamos intervenciones dirigidas a la promoción del bienestar subjetivo de nuestros mayores, que fomenten el cuidado y cultivo de actitudes positivas con actividades que los mantengan activos y motivados, así como participativos dentro de su comunidad.

Nuestro objetivo es evitar la enfermedad y la incapacidad, manteniendo una elevada función física y cognitiva, y un compromiso sostenido en actividades sociales y productivas, porque sabemos que esto les aportará satisfacción vital y felicidad, elementos imprescindibles para la calidad de vida de los mayores.

Con este fin, y aprovechando la llegada del buen tiempo, hemos retomado las “salidas supervisadas” para que nuestros residentes vuelvan a tener una toma de contacto con el exterior, realizando algunas de las actividades significativas para ellos, que durante muchos meses fueron canceladas.

Estas salidas se llevan a cabo con cierta frecuencia con el fin de contribuir a mejorar el ambiente en el centro y el bienestar de las personas mayores. Las salidas pueden ser de distintos tipos: recreativas, sociales, culturales, gastronómicas, etc., pero todas ellas, además de ayudar a romper con la rutina y promover la expansión de las personas, aportan a los participantes una serie de beneficios que les ayuda a afrontar mucho mejor el día a día.

Los beneficios de estas salidas son variados:

• Promueven la actividad física.
• Ofrecen la oportunidad de aprender cosas nuevas y de actualizarse, ya que conocen nuevos lugares, y entran en contacto con el mundo exterior, interactuando con otros ambientes físicos, sociales y culturales diferentes de los que están acostumbrados.
• Mejoran la atención, ya que al salir de su zona de confort e ir de un sitio a otro, les mantiene en alerta para no perderse ni un detalle de la experiencia. Por esta razón, se concentran mucho más para realizar las actividades.
• Cultivan la paciencia, ya que cuando las personas mayores salen de la residencia quieren conocer hasta el último detalle de allí donde van. No obstante, en muchas ocasiones, el querer conocer todo implica que tengan que esperar.
• Ayudan a mejorar el estado de ánimo, fomentan el buen humor y mejoran la actitud, ya que al estar conociendo nuevos lugares se sienten útiles e independientes. Esto ayuda a reducir los síntomas de depresión y ansiedad y refuerza de forma satisfactoria la salud mental de las personas mayores.
• Fomentan las relaciones sociales en diferentes contextos, ya que las salidas permiten conocer gente y entablar relación.

La idea es generar, mediante estas actividades, un ambiente psicosocial adecuado en el centro, con fines rehabilitadores y revitalizadores, que faciliten la integración, el desarrollo sociocultural y la participación activa de los residentes.

Porque no solo estamos ante la oportunidad de proteger a las personas mayores, también de mejorar su bienestar y su calidad de vida. Y si la calidad de vida es alta, el final de vida es digno.