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15 Oct 2021 | Noticias , Opiniones

Día Internacional de las Mujeres Rurales

Hoy día 15 de Octubre se celebra el Día Internacional de las Mujeres Rurales y desde el Servicio de Teleasistencia de DomusVi queremos recordar la importancia que un Servicio como el nuestro tiene en el entorno rural de nuestro país y más concretamente para las mujeres que suponen un gran porcentaje de nuestra población de atención.

Además, en este 2021, se celebra bajo el tema “las mujeres rurales cultivan alimentos de calidad para todas las personas”, cuyo objetivo estriba en destacar el papel que desempeñan mujeres y niñas rurales en los sistemas alimentarios de todo el mundo, ya sea en el cultivo o en la preparación y distribución de alimentos.

Así, hemos decido acercarnos un poco más a dos usuarias que viven en el mundo rural para que nos cuenten cómo ha sido y es su vida.

Por un lado, hemos conversado con Doña Montserrat Bajona Mascaro que vive en Solsona (Consell de Lleida) que nos explica que cuando era pequeña vivía en una casa rural muy grande, siendo ella la mayor de diez hermanos a los que cuidaba mientras sus padres estaban en el huerto. Además, Doña Montserrat también acudía a ayudar en las labores del huerto a su familia, y nos explica que en aquella época no se utilizaban productos químicos, tenían una balsa y regaban a cubos todo el huerto, tarea que realizaba ella porque le gustaba. En ese huerto tenían plantado muchos tipos de verduras y hortalizas, siempre guiándose por las estaciones del año. Por ejemplo, el día de Mare de Deu de la Merce (que se celebra el 24 de septiembre) plantaban las coles de invierno o el día de jueves Santo se plantaban, los tomates, los pimientos, etc.

Recuerda en la cocina siempre la olla en el fuego, en la que cocinaban las hortalizas que no servían del huerto y se lo daban a comer a los cerdos junto con las pieles de las patatas, las remolachas, etc., y a las gallinas le les daban de comer grano. En invierno realizaban la matanza y hacían jamones, butifarras y longanizas, que las ponían a secar en la despensa. No tenían nevera y confitaban del cerdo las costillas, el lomo y la butifarra, lo ponían en vasijas de barro con su misma grasa, y no se estropeaban. Nos dice que lo sigue haciendo con las costillas.

Otra cosa muy curiosa que nos cuenta Doña Monserrat es que al pueblo solo iban a comprar el pan y el pescado, todo lo demás lo producían ellos.

Ahora nos dice que sigue teniendo huerto pero más pequeño, le gusta seguir manteniéndole sin usar productos químicos.

Por otro lado, también hemos conversado con Doña Teresa Brufau Palau que vive en el Pla de Urgell (Consell de Lleida) que nos explica cómo en su juventud se levantaba temprano a para ir al campo con su marido a arar la tierra y sembrar maíz, ella iba delante con una mula y el marido iba detrás esparciendo el grano. Después tenían que volver a casa para cuidar a sus dos hijos y a su suegra, volviendo de nuevo al campo por la tarde hasta el anochecer.

Después de un tiempo, nos cuenta, que consiguieron comprar tierras y en ellas plantaban árboles frutales (manzanos, perales y nísperos) teniendo que ir hasta el pantano a buscar agua para poder regarlos a mano uno a uno. Al final, ellos mismos se construyeron su canalización del agua para poder regar más cómodamente. Cuando los árboles comenzaron a dar fruto, ellos aclaraban los árboles, que nos explica que es eliminar algunas frutas cuando son pequeñas para que las otras se hagan más grandes. Ella lo hacía teniendo que cargar con un banco en el cuello (el banco es como una escalera pequeña) ya que se subía en él para aclarar los árboles. Nos cuenta que esto la producía un gran dolor de espalda.

Nos relata que su suegra se puso enferma y tuvo que cuidarla pero que aun así, por las tardes seguía colaborando en el campo con su marido, dedicándose al campo hasta que su marido se jubiló que terminando arrendando las tierras al no querer sus hijos continuar con ellas.

Ha sido un auténtico placer poder conversar con estas dos mujeres y acercarnos un poco más a cómo han sido sus vidas y cómo viven en las zonas rurales. Ambas nos han agradecido el rato de escucha y han recalcado la importancia del Servicio de Teleasistencia en estos entornos donde muchas veces se encuentran más aislados por lo que además de la compañía con nuestras llamadas se sienten más seguros ante cualquier incidencia o emergencia que pueda ocurrir.

Desde el Servicio de Teleasistencia de DomusVi rendimos este pequeño homenaje a todas esas mujeres y niñas rurales, en especial a todas nuestras usuarias.

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