El ICTUS (Accidente cerebrovascular, lo que conocemos como infarto cerebral) puede definirse de forma general como un trastorno, que puede tener carácter transitorio o permanente, que afecta al cerebro y que se ocasiona debido a una alteración de la circulación sanguínea, pudiendo provocar alteraciones focales y/o difusas de la función cerebral.
*Desde el punto de vista de la FISIOTERAPIA: la recuperación funcional debe plantearse para caso específico, ya que en función de la localización de la zona afectada y extensión de la misma, la afectación será muy distinta siendo necesaria una evaluación individualizada de cada paciente.
Dentro de la valoración de fisioterapia se evaluaran los siguientes aspectos:
- Movilidad
- Tono muscular/fuerza muscular
- Presencia de posturas espásticas.
- Transferencias: si es capaz de ponerse de pie.
- Posibilidad de deambulación.
- Postura que adopta en decúbito, sedestación, y bipedestación.
- Control del tronco
- Sensibilidad
- Equilibrio y coordinación.
En el tratamiento utilizaríamos las siguientes técnicas:
- Aprendizaje de automovilización.
- Iniciar equilibrio de tronco y sedestación.
- Estimulación sensorial del hemicuerpo afecto
- Cinesiterapia (pasiva, activa-asistida, activa)
- Fortalecimiento muscular
- Estiramiento de la musculatura espástica.
- Reeducación propioceptiva y de la coordinación.
- Reeducación del equilibrio en bipedestación.
- Reeducación de la marcha.
- Aprendizaje de esquemas corporales funcionales que acaben integrándose en el cerebro del paciente.
El objetivo principal es reactivar la plasticidad cerebral para recuperar las funciones perdidas o mantener las que siguen íntegras.
Isabel Alanís Pinto (Fisioterapeuta DomusVi Condado)
*Desde el punto de vista de la NEUROPSICOLOGIA: llevamos a cabo la rehabilitación de los trastornos cognitivos, así como los emocionales y conductuales, asociados al daño cerebral. La rehabilitación neuropsicológica “acompaña” al paciente en la toma de conciencia de las dificultades cognitivas que pueda presentar así como, en los casos que así lo requieran, en la elaboración de un nuevo proyecto vital, o más ajustado a la nueva realidad de la persona afectada.
La evaluación neuropsicológica llevada a cabo se centra en identificar, describir, diagnosticar y rehabilitar las alteraciones cognitivas, conductuales y emocionales derivadas de las alteraciones del sistema nervioso después del daño cerebral.
- Alteraciones cognitivas. Se trabajan todas las secuelas que puedan producirse a nivel de orientación, memoria, atención, funciones ejecutivas, lenguaje, capacidad práxica y gnósica, así como todas aquellas que puedan verse afectadas.
- Trastornos emocionales. se acompaña emocionalmente tanto al paciente como a sus familiares, pilares en su rehabilitación, dotando de técnicas y herramientas para mejorar el estado de ánimo de las personas implicadas.
- Déficit conductual. Dependiendo del área cerebral afectada, podremos observar secuelas a nivel de conducta, tales como impulsividad, desinhibición, agresividad, conductas inadaptadas y disruptivas, entre otras.
Desde la Neuropsicología se trabaja a través de 3 herramientas principales:
- REHABILITACIÓN NEUROPSICOLÓGICA. Se hace necesaria cuando el paciente necesita ayuda para reinstaurar otros aspectos de su vida tras el ICTUS, tales como emocionales, sociales, laborales, sexuales o regular su conducta tanto si la misma está descompensada por exceso (desinhibición, agitación, irritabilidad) como por defecto (apatía, falta de motivación, pérdida de energía).
- REHABILITACIÓN COGNITIVA. Con ella nos referimos al proceso que trata de devolver, reforzar o compensar, las capacidades cerebrales superiores afectadas por el mismo. Por ejemplo, recuperar la función del habla, mejorar su capacidad atencional, reforzar la función práxica, etc.
- ESTIMULACIÓN COGNITIVA. Indicada para pacientes que han sufrido un ICTUS que ya han pasado por el proceso rehabilitador previamente pero que aún tienen limitaciones en los aspectos cognitivos y además quieren mantener los logros , así como aquellas que sufren algún proceso demencial o secuelas ya instauradas/crónicas. Se realiza mediante distintas actividades programadas para entrenar una o varias áreas cognitivas. Para ello hacemos uso de la última tecnología en estimulación cognitiva, como IPads, gafas de realidad virtual, ordenadores táctiles, teléfonos, entre otros.
El objetivo principal es potenciar la recuperación de las capacidades cognitivas afectadas, mejorar la capacidad funcional de la persona y ayuda emocionalmente.
Rocío Nogales Suero (Neuropsicóloga DomusVi Condado)