El pasado 13 de septiembre residentes, profesionales, familiares y voluntarios de la Residencia de Mayores Domus Vi Zalfonada acudimos a visitar el Centro de Historias de Zaragoza.
El Centro de Historias de Zaragoza está situado en el Convento de San Agustín, antiguo complejo conventual construido en el siglo XVII. De las edificaciones originales se conservan únicamente la fachada barroca por la que se accedía al convento y uno de los muros laterales, el resto fue reconstruido con cristal, acero y hormigón. En 2001 dio comienzo el proyecto de recuperación y acondicionamiento del conjunto, con un proyecto del arquitecto José María Ruíz de Temiño. Aunque teóricamente no se consideraría un edificio brutalista porque está realizado fuera del periodo cronológico, sí que está proyectado estéticamente siguiendo el estilo: hormigón a la vista, grandes volúmenes geométricos, etc. Destacan los huecorrelieves de Santiago Arranz en las frías pero poéticas paredes de hormigón.
El Centro de Historias investiga en nuevas propuestas culturales, trabaja formatos de conocimiento y producción en constante revisión crítica, busca metodologías basadas en lo colaborativo y lo experimental que se materializan en convocatorias abiertas y en procesos de dinamización y mediación.
En la planta calle, justo al lado de la recepción, se encuentra el Espacio Tránsito, una zona expositiva centrada en las nuevas visiones artísticas de creadores locales.
Succes&Filure. De Raúl Ursua
Hasta el 20 de noviembre, en espacio Tránsito
La exposición representa las emociones y sentimientos de personas concretas mediante la arquitectura, entendiendo el éxito como la capacidad de construir y el fracaso cuando esas construcciones humanas dificultan la evolución. Por ello, la muestra, exhibe colgadas en la pared en blanco y a escala diminuta, escaleras, tuercas, arandelas y brazos de grúas que conviven con pequeñas maquetas y dibujos técnicos.
Este collage de elementos, en el que se mezclan artefactos improbables y construcciones arquetípicas, alude al proceso “constructivo” en el que se va forjando la personalidad a lo largo de la vida. Las piezas dialogan con varias fotografías, en las que aparecen retratadas personas con trajes futuristas.
Después de un largo viaje al espacio, estas personas regresan a la tierra y manifiestan su experiencia por medio de la arquitectura.
De sus trajes surgen maquetas de naves espaciales y pequeñas construcciones, protuberancias que explican sus vivencias y sensaciones, y por medio de las cuales cada persona se representa.
En las plantas primera y segunda se exponen también distintas exposiciones temporales sobre arte contemporáneo.
El color de lo Público
Del 2 de junio al 18 de septiembre
La expo es un previo de lo que será el Festival Asalto de este año y que se desarrollará durante el mes de septiembre en el barrio zaragozano de Santa Isabel.
Los visitantes podrán contemplar las interpretaciones artísticas de cinco participantes internacionales, nacionales y uno local, del festival Diego Vicente, Elian Chali, Murfin, NULO y Txemy, quienes trabajarán en septiembre en los espacios y paredes de Santa Isabel. El espectador podrá vivir de manera inmersiva en la sala del Centro de Historias la experiencia completa del color de cinco obras de gran formato, únicas y efímeras, realizadas in situ por los artistas.
En el piso superior se encuentra la Escuela-Museo de Origami de Zaragoza (EMOZ). Inaugurado a finales de 2013, nació con el objetivo de difundir, exhibir e investigar esta original manifestación cultural. Su actividad se centra en la organización de exposiciones temporales que den a conocer las tendencias más importantes del Origami y la realización de talleres de papiroflexia.
El Museo de Origami de Zaragoza es el primero de su tipo en Europa y cuenta con modelos originales de los plegadores más importantes del mundo. Su colección de obras de papiroflexia está considerada una de las mejores de Europa y del mundo y contiene trabajos de grandes plegadores como Akira Yoshizawa, Yoshihide Momotani, Eric Joisel y Vicent Floderer.
Después de visitar el museo y llenar nuestras retinas de color, fuimos a comer al Restaurante Garnet, que está en el Edificio Trovador para llenar nuestras panzas. La verdad es que eso conforta más el espíritu y la barriga a nuestros residentes, que disfrutaron de lo lindo con el menú y sobretodo con las paletillas de ternasco. Según algunos «lo mejor de todas las salidas que hemos hecho: Las paletillas» .