Si os decimos que la jardinería es una actividad excelente para nuestros residentes y
en general, para todos nuestros mayores, no estaremos descubriendo nada nuevo.
Es ampliamente conocido por todos, que presenta muchos beneficios, tanto a nivel
funcional, como psicoemocional y revierte, en nuestro afán de potenciar el envejecimiento
activo.
Esta actividad tan beneficiosa, se encuadra dentro de la terapia ocupacional, y la denominamos
jardinoterapia. Es en esa búsqueda constante de sus beneficios por lo que
en Regina, contamos con nuestro propio huerto, en el que encontramos desde flores,
hasta legumbres, sin olvidarnos de las hortalizas.
Nosotros recomendamos las hortalizas que prenden rápido y se mantienen en el tiempo,
sin exigir de cuidados excesivos. ¡Y es que nada entusiasma más a nuestros residentes
que ver crecer sus propios cultivos, a lo largo del tiempo!
Los técnicos de Regina tienen en cuenta las capacidades funcionales de los participantes
y valoran aquello que es más conveniente que realicen y en función de si se trata
de personas con demencia, o bien presentan determinada diversidad funcional o bien
nos encontramos ante usuarios, con una elevada autonomía personal.
El objetivo es que esta actividad les genere satisfacción y por tanto, no les genere
sentimiento de frustración, por no conseguir los objetivos pretendidos. Observamos,
no obstante que al tratarse de una actividad que se realiza en grupo, son los propios
usuarios quienes se reparten entre ellos las tareas y el sentimiento de ayuda y colaboración,
entre los mismos, nunca falta.
¿Pero qué beneficios tiene realmente la jardinería para personas mayores?
Hemos iniciado este artículo hablando de la necesidad de potenciar un envejecimiento
activo. Ello va ligado, sin lugar a dudas, al hecho de que en la actualidad, el aumento de
la esperanza de vida, y un incuestionable avance en la asistencia sanitaria, desemboca
a que la etapa del envejecimiento se prolongue más en el tiempo. Todo ello obliga a
que todos nuestros mayores adquieran unos hábitos, que les permitan disfrutar de un
bienestar tanto físico, como mental, así como social.
La jardinería es una actividad que engloba todos estos elementos y que no requiere de
un sobreesduerzo, tan sólo el suficiente, para preservar un buen estado.
En Regina, nuestros técnicos son fieles a la consecución de su objetivos de conservar
estas capacidades físicas y emociones/cognitivas, de nuestros mayores.
Es una terapia a la que se debe dedicar únicamente, un corto espacio de tiempo cada
día. El estar en contacto con la naturaleza les ayuda, de forma muy positiva para recuperarles
de enfermedades físicas y mentales.
> Inventiva la estimulación cognitiva: Ello es debido a que las plantas u hortalizas
que sembramos y que cuidan nuestros queridos usuarios requieren de unas necesidades
concretas para sobrevivir. Estas pautas les obligan a que ejerciten la memoria y
que deban de prestar atención en estas tareas: no regar demasiado, no dañar las raíces
cuando trasplanten, cortar las flores que estén marchitas por citar algunas.
> Incentiva el buen estado de ánimo y reduce el estrés: muchos de ellos han tenido
jardín o cultivaron su propio huerto, al dedicarse profesionalmente a la agricultura.
De esta forma, rememoran sus tiempos jóvenes, hecho que les hace sentir bien, al incrementar
su sensación de que son útiles.
Al ser una tarea que requiere, sin duda dedicación y cariño, genera relajación porque
se rodean de estímulos visuales y olfativos: los colores de las plantas y hortalizas, sus
olores son momentos inigualables, al que se añade, ese sentimiento de ser útil que hemos
indicado.
> Incentiva un buen estado físico: No hay duda sobre los beneficios que supone la realización
de actividades al aire libre y el ejercicio físico, aunque suave, que con esta terapia
se lleva a cabo. Efectivamente, el preparar el huerto, el regarlo, el rastrillar las
hojas secas, y los paseos que se realizan, provoca que con ejercicios y movimientos
suaves, realicen actividades beneficios sin que se requiera demasiado esfuerzo físico,
pero que sin duda, mejoran la psicomotricidad, reduciendo en consecuencia, el sedentarismo.
> Incentiva la integración dentro de la residencia: Es obvio que al tratarse de una actividad
en grupo, potencia conexiones muy intensas con los usuarios que realizan este
tipo de talleres, y por tanto, su integración dentro del Centro, mejorando su calidad
de vida y evitando esta situación de aislamiento que tanto daña a nuestros mayores.
En Regina, confiamos que todas estas sugerencias os hayan sido útiles y que entre todos
ayudemos a que nuestros mayores, puedan siempre beneficiarse de estas terapias
que tienen múltiples ventajas: ante todo entusiasmo y vitalidad.
¿No os parece una terapia sencilla, pero sorprendente al mismo tiempo? ¡A nosotros, verdaderamente sí!