Cuidar la imagen física refuerza la identidad y trabaja autoestima, lo que se traduce en una mejora de la salud y la calidad de vida de las personas mayores.
Estos cuidados, suponen un ejercicio de psicomotricidad genial; promueven la estimulación cognitiva y sensorial; benefician la vida social y el ocio activo; e incentiva sobremanera el autoconcepto y la aceptación de la vejez como una la edad de oro de la persona mayor.