La lavanda florece una única vez al año y es durante la temporada de verano.
Esta flor puede soportar temperaturas de hasta 152º y hemos aprendido que se utilizaba en el antiguo Egipto durante la momificación. Unos de los usos, junto con el buen olor de esta flor, es el de sedación y aliviar articulaciones y músculos doloridos.
Hemos querido traer los campos de lavanda de Brihuega a San Crispín y para ello hemos pintado una flores de lavanda con ayuda de unos bastoncillos, tempera y mucho arte.
Os dejamos aquí una muestra de la lavanda que «hemos recogido».