Hace un par de semanas, en DomusVi Arandia, os contamos la actividad que vamos a ir realizado con lxs residentes de la primera planta a través de la música en vivo. Hoy, con segundo grupo, pretendíamos volver a la ermita para allí, disfrutando de la belleza del entorno, sus olores y colores disfrutar de un concierto de viola que Saioa prepara con mucha dedicación y pasión, pero la mañana era invernal.A pesar de esto, como nos resistíamos a realizar la actividad dentro del centro, hemos aprovechado la terraza del Centro de día que está tapada y allí nos hemos trasladado tapándonos con mantitas ya que al estar parados, notábamos un poco de fresco.
Al igual que en la anterior ocasión, y aunque es una actividad totalmente voluntaria donde os damos la oportunidad de participar pero que si no podéis, la seguiríamos llevando a cabo de igual manera con vuestras familias, os habéis animado casi todxs a venir. Incluso hoy hemos contado con dos bellas jovencitas, de hecho una de ellas es una pequeña pianista y ha disfrutado siempre de la mano de su bisabuela como la que más de este conciertazo.
Nuestrxs residentes han estado conectados en todo momento, reaccionando con sus caras de placidez al sonido de la música, que se entremezclaba con el de la lluvia y a las caricias que familiares y Soraya les proporcionaban.
El entorno no es tan estimulante como la ermita pero es cierto que la oscuridad del día, la lluvia cayendo incesante y el olor a hierba mojada nos ha ofrecido otro entorno diferente para poder volver a disfrutar familias, residentes y profesionales de una mañana mágica.