Andando el camino, así es como aprovechamos nuestro tiempo de oro, nuestro día a día transcurre entre costuras, pinturas, escritos y lecturas, solidaridad, soporte emocional, acompañamiento mutuo, anécdotas contadas en primera persona, entrevistas, sesiones de motivación personal, afianzamiento de nuevos compañeros/as, visitas a aquellos/as que por algún motivo no pueden bajar temporalmente a la sala de talleres.
Historias de vida muy bien guardadas en las que se esconden tesoros descubiertos solo por algunos ojos mágicos que se adentran en la profundidad de sus miradas, en silencio entendido y logran ver las grietas que traslucen de su resiliencia emergente, su resplandeciente valor.
Parte de esos momentos los hemos atrapado en imágenes y las compartimos con vosotras y vosotros.